El buffer contracíclico: una herramienta clave para la estabilidad financiera

Jueves 01 de Junio.
La banca Chilena recibió este martes con total sorpresa la decisión del Banco Central (BC) de activar por primera vez el Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC) en un nivel de 0,5% de los activos ponderados por riesgo, para lo cual tendrán un plazo de un año.
En un inicio, desde el gremio pensaron que tendrían que constituir dicho monto con capital nuevo, pero luego de los anuncios que hizo posteriormente el instituto emisor, internalizaron que esto se podrá integrar mediante holguras, es decir, se puede constituir contra capitales ya suscritos y que ya están en la contabilidad de los bancos, aunque no se conoce una evidencia internacional al respecto. No saber eso desde un principio explica, en parte, el nivel de sorpresa que hubo el martes por la noche en la industria, cuando se conoció el anuncio sin esos detalles.
Sin embargo, José Manuel Mena, presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras señala que "hay bancos específicos que no podrán realizar el requerimiento vía holguras, hay diferencias importantes y entidades de tamaño relevante que tienen que realizar dicho aumento de capital".
El colchón contracíclico es parte de Basilea III. La evidencia comparada dice que el RCC se constituye habitualmente cuando la economía y crédito están creciendo durante períodos de expansión económica, para fortalecer su posición financiera, pero aquí el regulador (BC) lo pone en un momento de contracción, cuando empíricamente se libera durante períodos de desaceleración económica o recesión.
El objetivo principal del buffer contracíclico es frenar el crédito excesivo y las prácticas de riesgo excesivo que podrían desencadenar o agravar una crisis financiera. Cuando la economía está en auge, las instituciones financieras tienden a asumir más riesgos y otorgan préstamos más fácilmente. Al exigirles mantener un buffer de capital adicional, se busca desacelerar el crecimiento del crédito y frenar la toma excesiva de riesgos, lo que contribuye a la estabilidad financiera a largo plazo.
En períodos de desaceleración económica o recesión, los reguladores pueden liberar o reducir el buffer contracíclico para permitir que las instituciones financieras dispongan de capital adicional y lo utilicen para reducir el impacto negativo de la recesión. Esto proporciona flexibilidad a las instituciones financieras para mantener la liquidez, absorber pérdidas y continuar apoyando la economía en tiempos difíciles.
"El Banco Central es completamente autónomo para tener en su razonamiento el momento adecuado, nosotros sólo podemos acompañar ese razonamiento y tratar de entenderlo, que incluye elementos bien técnicos" indica José Manuel Mena.